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Entrenar con Agujetas: ¿Es Beneficioso o Perjudicial?

Las agujetas, o dolor muscular de aparición tardía (DOMS, por sus siglas en inglés), son una experiencia común tras una sesión de ejercicio intensa, especialmente si es un tipo de entrenamiento al que no estamos acostumbrados. Las agujetas aparecen generalmente entre 24 y 72 horas después de entrenar, provocando rigidez y sensibilidad en los músculos. Este dolor es el resultado de pequeños desgarros en las fibras musculares que ocurren durante el ejercicio, particularmente en entrenamientos que involucran movimientos excéntricos (alargar el músculo bajo tensión).

En este artículo, vamos a explorar todo lo relacionado con entrenar con agujetas, incluyendo si es seguro o no, y cómo aliviar este malestar para continuar progresando en el gimnasio sin poner en riesgo tu salud.

¿Se puede entrenar con agujetas?

Esta es una de las preguntas más frecuentes cuando se trata de entrenamiento muscular. La respuesta corta es sí, se puede entrenar con agujetas, pero con ciertos matices. El hecho de que tengas agujetas no significa que debas evitar el ejercicio por completo, pero el enfoque debe ser adecuado.

Factores a tener en cuenta al entrenar con agujetas

  1. Intensidad del ejercicio: Si las agujetas son leves, realizar ejercicios de baja intensidad, como el cardio suave o entrenamientos de movilidad, puede ayudar a aumentar la circulación sanguínea y acelerar la recuperación muscular.
  2. Nivel de dolor: Si las agujetas son muy intensas, puede ser mejor descansar o hacer actividades ligeras. Ignorar el dolor intenso y continuar con entrenamientos extenuantes puede llevar a lesiones más graves.
  3. Variedad en el entrenamiento: En lugar de ejercitar el mismo grupo muscular, puedes optar por entrenar otros músculos mientras las áreas afectadas se recuperan. Por ejemplo, si tienes agujetas en las piernas, opta por un entrenamiento de brazos o espalda.

¿Por qué aparecen las agujetas?

Las agujetas aparecen como resultado de la ruptura de las fibras musculares durante el ejercicio, especialmente después de una sesión de entrenamiento intenso o un tipo de ejercicio nuevo para el cuerpo. Esta microlesión es necesaria para que el músculo crezca y se haga más fuerte. Las agujetas también están relacionadas con la acumulación de ácido láctico, pero se ha demostrado que este no es el único factor involucrado.

El cuerpo repara estos microdesgarros a través de la inflamación, lo que genera dolor. Es parte del proceso natural de crecimiento y fortalecimiento muscular.

¿Cómo aliviar las agujetas?

Si bien entrenar con agujetas es posible, existen formas de reducir el malestar y acelerar la recuperación muscular. Algunas estrategias incluyen:

  • Ejercicio ligero: El movimiento suave como caminar, hacer yoga o natación puede promover la circulación y acelerar el proceso de curación.
  • Masajes y foam roller: El automasaje con un rodillo de espuma o acudir a un fisioterapeuta puede aliviar la tensión en los músculos.
  • Aplicación de calor o frío: Alternar duchas frías y calientes, o aplicar hielo en áreas específicas, puede reducir la inflamación y mejorar la circulación.
  • Hidratación y nutrición: Beber agua en abundancia y consumir alimentos ricos en proteínas y antioxidantes ayuda a la recuperación muscular.

¿Entrenar con agujetas mejora la fuerza?

Contrario a lo que algunos creen, entrenar con agujetas no siempre lleva a una mejora inmediata en la fuerza. El dolor muscular es un signo de que los músculos están dañados, y no siempre es indicativo de que están ganando fuerza. La clave está en permitir que los músculos se recuperen de manera adecuada para que se fortalezcan. Si no das a tu cuerpo el descanso necesario, corres el riesgo de sobreentrenarte y sufrir lesiones.

Consejos para prevenir las agujetas

Aunque es difícil evitar por completo las agujetas, especialmente cuando se trata de ejercicios nuevos o más intensos, hay varias formas de minimizar su aparición:

  1. Calentamiento adecuado: Un buen calentamiento aumenta la circulación sanguínea a los músculos y mejora la movilidad articular, lo que puede reducir el riesgo de agujetas.
  2. Aumentar la intensidad gradualmente: Evita saltar directamente a ejercicios de alta intensidad. Incrementa el peso, las repeticiones o la duración del entrenamiento de manera gradual.
  3. Estiramientos post-entrenamiento: Aunque los estiramientos no eliminan las agujetas, pueden ayudar a mejorar la flexibilidad y reducir la rigidez muscular posterior al ejercicio.

¿Es mejor descansar o entrenar con agujetas?

Descansar es una parte crucial del proceso de recuperación, pero no significa que debas estar inactivo. El descanso activo, que implica realizar ejercicios de baja intensidad o cambiar el grupo muscular que trabajas, puede ser una buena opción. Descansar completamente cuando tienes agujetas extremas o lesiones es esencial para evitar empeorar el dolor.

Por otro lado, si las agujetas son leves, hacer una sesión ligera de entrenamiento puede incluso ayudar a reducir el dolor debido al aumento del flujo sanguíneo hacia los músculos afectados.

Mitos sobre las agujetas

  • El dolor es necesario para progresar: Aunque las agujetas indican que los músculos están trabajando, no son un indicador necesario del progreso. Puedes fortalecer tus músculos sin experimentar dolor intenso.
  • El ácido láctico causa las agujetas: Si bien el ácido láctico se acumula durante el ejercicio, las agujetas son causadas principalmente por el daño a las fibras musculares, no por la acumulación de ácido láctico.
  • No entrenarás bien si tienes agujetas: No necesariamente. La clave está en adaptar tu entrenamiento a tu nivel de dolor y enfocarte en ejercicios que no empeoren el malestar.

Conclusiones a extraer

Entrenar con agujetas es posible y, en muchos casos, beneficioso si se hace de manera correcta. Es crucial escuchar a tu cuerpo, adaptar la intensidad del ejercicio y aplicar estrategias de recuperación para mantener un buen rendimiento sin arriesgarte a una lesión. El descanso activo, el estiramiento y la nutrición adecuada son fundamentales para recuperarte y continuar avanzando en tu plan de entrenamiento.

Si no estás seguro de cómo entrenar con agujetas o de cómo adaptar tu rutina de ejercicio, consultar con un entrenador personal puede ser una excelente opción. Un entrenador personal podrá guiarte en la intensidad adecuada de los entrenamientos y asegurarse de que estás utilizando las técnicas correctas para evitar lesiones y maximizar tu recuperación.

Las agujetas, aunque incómodas, son una señal de que tu cuerpo se está adaptando al ejercicio, lo que a largo plazo te llevará a mejorar tu fuerza, resistencia y forma física.